La digitalización está transformando radicalmente el sector hortofrutícola. Donde antes primaban las prácticas manuales, dentro de unas labores tradicionales, ahora la industria se adapta a ritmo vertiginoso a los desafíos modernos.
Innovaciones como los sistemas MES y MOM no solo incrementan la productividad y eficiencia en la planta de producción, sino que también simplifican tareas complejas como el calibrado de alimentos y el proceso de lavado y loteado, la reducción de desperdicios o la trazabilidad completa de todos y cada uno de los productos.
Desde el campo a la mesa: control y registro del producto fresco
Tomemos el ejemplo del calibrado, que es una fase crucial en la que cada fruta o verdura se somete a un riguroso proceso de selección. Esta etapa va más allá de la simple clasificación por tamaño y peso; también considera factores como la forma, el color y la densidad del producto. Gracias a los sistemas MES, este proceso ahora se puede llevar a cabo de forma semi automática y organizada, haciendo que sea mucho más rápido y preciso, minimizando el desperdicio al tiempo que optimiza la eficiencia.
Además del calibrado, el lavado y loteado también involucra mucho más que simplemente eliminar contaminantes visibles. En realidad, es una ciencia que requiere un control estricto sobre variables como la cantidad de agua, la temperatura, el tipo de desinfectante y el tiempo de exposición. Y no solo eso, sino que la digitalización también simplifica el loteado posterior, un proceso que clasifica los productos según diversos criterios como origen, calidad y destino.
La digitalización también tiene un gran impacto en la forma en que los productos son vendidos y envasados. Por un lado, la creciente demanda de venta a granel ha generado la necesidad de sistemas más eficientes que puedan ajustarse a esta tendencia. Por otro lado, muchos productos aún requieren envases para su conservación y transporte, y los sistemas MES y MOM son herramientas esenciales para gestionar el inventario y utilizar la información disponible para la toma de decisiones.
Y no podemos olvidar la diversidad de productos en el sector. Ya sean espinacas o mangos, cada producto tiene sus propios requisitos y tiempos de procesamiento. La digitalización facilita la adaptación de las líneas de producción para cumplir con las necesidades específicas de cada tipo de producto. Este enfoque personalizado garantiza la frescura del producto y minimiza los tiempos muertos en la producción.
Transformación y valor agregado de la cadena de producción hortofrutícola
Pasando del producto fresco al valor agregado, la transformación de estos productos en diferentes formatos también se beneficia enormemente de la digitalización. Tomates que se convierten en salsa, zanahorias en conservas y manzanas en compota son solo algunos ejemplos. Estos procesos requieren equipos especializados que un sistema MES puede programar y monitorear con precisión, asegurando la calidad y reduciendo errores.
La conservación de productos es otra área que se beneficia. Ya sea congelación, hervido o la adición de conservantes, cada método tiene sus especificaciones técnicas, como temperaturas exactas y tiempos de cocción. Mediante un sencillo sistema de alertas, un sistema MES como doeet ayuda a garantizar el cumplimiento de las especificaciones de cada uno de los productos. Además, es necesario hacer hincapié en dos de los puntos más relevantes y necesarios dentro de cualquier cadena de producción propia del sector hortofrutícola:
Control de calidad
Aquí es donde se juega la reputación de cualquier productor. Controles visuales, pruebas de sabor, análisis químicos o pruebas de textura son algunas de las muchas evaluaciones que se realizan. Los sistemas MES pueden programar estas pruebas, recoger datos y analizar tendencias, facilitando la identificación de problemas y la mejora continua.
Trazabilidad
Esencial en cualquier cadena alimentaria. En caso de un problema, es fundamental saber exactamente de dónde vino un producto. Desde el campo en el que se cultivó hasta la tienda en la que se vendió, cada paso queda registrado en los sistemas MES y MOM. Esto no solo garantiza la seguridad, sino que también proporciona confianza al consumidor.
Transparencia y confianza del consumidor
Hoy en día, los consumidores no solo quieren productos de calidad; también desean conocer el origen de lo que consumen y asegurarse de que se produzca de manera ética y sostenible.
La trazabilidad proporcionada por la digitalización no solo es una herramienta para los productores, sino también una ventana abierta al consumidor.
Certificaciones y Normativas
Cumplir con normativas locales e internacionales, así como obtener certificaciones de sostenibilidad, orgánicas o de comercio justo, puede ser un proceso complejo. Los sistemas MES y MOM facilitan la recopilación y presentación de datos necesarios para estos procesos, simplificando la obtención y renovación de estas certificaciones.
El reto de la sostenibilidad en la de la cadena de producción hortofrutícola
Pero la digitalización en el sector hortofrutícola no se detiene en la mejora de procesos individuales. Lo realmente revolucionario es cómo estos sistemas facilitan la integración completa de la cadena de producción, conectando proveedores, productores, distribuidores y minoristas en una red transparente y eficiente.
Este nivel de conectividad satisface la creciente demanda de los consumidores modernos de saber exactamente de dónde provienen sus alimentos.
Es más, la digitalización no es simplemente una cuestión de eficiencia. En un mundo cada vez más consciente del impacto ambiental, la digitalización se convierte en un aliado esencial para afrontar el reto de producir más con menos recursos. Ayuda a ajustar la producción en tiempo real, minimizando el riesgo de sobreproducción y, por ende, el desperdicio.
Además, mediante la integración con sensores y sistemas inteligentes, la digitalización puede optimizar el consumo de energía.
En un mundo cada vez más consciente del impacto ambiental, el sector hortofrutícola enfrenta el reto de producir más con menos: menos agua, menos pesticidas, menos energía y menos residuos. Aquí, los sistemas MES MOM para el sector hortofrutícola como doeet son más que una herramienta, son aliados clave.